Dos curiosos ejemplos para pensar acerca de la difundida teoría de que el mundo y el hombre han sido creador por azar:
-La hipótesis del matemático Michael Starbird: supongamos que hay mil millones de chimpancés tecleando al azar una vez por segundo una combinación de 18 letras durante 13.700 millones de años -desde el inicio del Universo-: ¿Qué probabilidad habría para que en el momento actual surgiera por acaso la primera frase del Quijote “En un lugar de la Mancha”? Sería una entre mil millones. Algo enormemente improbable. ¡Cuánta menos probabilidad habrá para que surja por azar la complejidad maravillosa del organismo humano!
-La hipótesis del Jumbo 747: la teoría del azar tampoco saldría bien parada si imaginamos un avión Jumbo 747 como el de la imagen desmontado y colocadas todas y cada una de sus piezas en un campo de fútbol. ¿Qué probabilidad habría de que el paso de un tornado por ese lugar dejase al avión listo para el despegue? De nuevo, menor aún sería la probabilidad de la existencia por mero azar de cuanto somos y contemplamos.
Sección del Catecismo de la Iglesia Católica dedicada a la Creación
