El 29 de marzo de 1987 San Juan Pablo II beatificó a las primeras víctimas de la persecución religiosa en España. Se trataba de tres carmelitas descalzas de Guadalajara: Sor María del Pilar de San Francisco de Borja, Sor Teresa del Niño Jesús y de San Juan de la Cruz y Sor María Ángeles de San José, que el día 24 de julio de 1936 dieron su vida por Cristo y por la Iglesia y en defensa de la fe.
Dos días antes del cruel martirio, la Comunidad de Carmelitas Descalzas de San José hubo de abandonar el Convento y buscar refugio en algunos domicilios particulares. En el traslado de una casa a otra las tres mártires fueron identificadas como monjas y fusiladas por las calles de la ciudad.
Sus restos se veneran en la iglesia del Convento y la fiesta se celebra el día 24 de julio.