La imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno conocida como el "Cristo de Medinaceli" fue tallada en Sevilla en la mitad del siglo XVII por encargo de los duques de Medinaceli siendo encomendada a la hermandad de los Capuchinos.
Trasladada a la colonia española de Mámora en el norte de África, en abril de 1681 la ciudad cayó en manos del sultán de Marruecos y la imagen fue capturada y maltratada. Los trinitarios la localizaron y ofrecieron un cuantioso rescate. La imagen llegó a Madrid en el verano de 1682 con fama de milagrosa.
Durante la Guerra Civil (1936-1939) fue trasladada por el bando republicano a Ginebra junto con otras imágenes y al término de la contienda, en 1940, la imagen volvió a Madrid.
La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, fundada en 1710, es muy activa y organiza los actos de devoción a la imagen que hoy se venera en la Basílica que lleva su nombre y a la que a diario acude una multitud de devotos.
