lunes, 21 de octubre de 2024

El Ángel de la guarda

 



Ya en el siglo II el sabio Orígenes decía: "Los cristianos creemos que a cada uno nos designa Dios un ángel para que nos guíe y proteja". En el Nuevo Testamento es tan viva la creencia de que cada uno tiene un ángel custodio, que cuando San Pedro al ser sacado de la cárcel llega a llamar a la puerta de la casa donde están reunidos los discípulos de Jesús, ellos creen al principio, que no es Pedro en persona y exclaman: "Será su ángel" (Hechos 12, 15).

En el Catecismo Mayor de San Pío X se afirma que "Dios se sirve de los Ángeles como de ministros suyos, y en especial a muchos de ellos hace custodios y protectores nuestros", y recomienda tenerles una devoción particular: "Hemos de tener particular devoción al Ángel de nuestra guarda, honrarle, implorar su socorro, seguir sus inspiraciones y ser agradecidos a su continua asistencia". El actual Catecismo de la Iglesia Católica dedica a los Ángeles los apartados 328 a 336.

Desde 1670, la fiesta de los Santos Ángeles Custodios se celebra el día 2 de octubre.



Asequible resumen de la doctrina sobre los Ángeles de la guarda en la web de Eternal Word Television Network (EWTN)


"Tu amigo, el Ángel", texto íntegro del libro sobre el Ángel de la guarda escrito por el Padre Peña O.A.R.


"Todo sobre los Ángeles", compendio de recursos facilitado por la Agencia Católica de Informaciones (Aciprensa)




 


sábado, 21 de septiembre de 2024

Guía práctica para la oración mental




Generalmente la oración se divide en oración vocal y oración mental. La primera consiste en recitar oraciones conocidas. La segunda es una conversación con Dios desde la propia intimidad. 

Entre los muchos consejos que pueden servir de ayuda para encaminar esos ratos de oración mental copio aquí los que ha publicado el sacerdote D. Pablo Prieto Rodríguez en la Enciclopedia católica Mercabá


Guía práctica para la oración mental


A) Busca un momento y lugar adecuados.—  Por intensa que sea tu jornada, siempre encontrarás un remanso para evadirte unos minutos -¿diez, quince?- y recogerte en una habitación más o menos tranquila, lejos de la televisión y el teléfono. Ten a la vista alguna imagen piadosa -un crucifijo, un cuadro de Nuestra Señora-, y llévate el Evangelio u otro texto para meditar, y quizá una libreta donde apuntar ideas y propósitos.
 

B) Ponte en presencia de Dios.— Aparta pensamientos vanos e inoportunos y busca dentro de ti a Nuestro Señor. Para conseguirlo recita piadosamente alguna oración vocal, por ejemplo ésta, tomada de la predicación de san Josemaría Escrivá:  

Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes. Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía inmaculada, san José mi padre y Señor, Ángel de mi guarda, interceded por mí.
 

C) Represéntate la escena y aplica el corazón.— El corazón, entendido en el sentido fuerte y serio de la Escritura, simboliza al hombre entero, unidad de espíritu y cuerpo, inteligencia y voluntad. Vuélcate por tanto en la narración evangélica, imagínala con sus detalles y circunstancias, revive su tensión dramática: el asombro de la multitud, las conjuras de los judíos, el afecto de los discípulos, la envidia de los poderosos, la gratitud de los curados y, sobre todo, la pasión incontenible que mueve su Corazón. 

¿Y cómo mantener la atención durante el tiempo que te has fijado?  Habla a Jesucristo con naturalidad y franqueza sobre lo que contemplas en Él. Los ingredientes de este diálogo son muy variados; a continuación proponemos unos cuantos, que puedes seguir a tu aire y sin rigideces:

1) Actos de fe: Dile abiertamente que crees en Él, en su amor, en su Esposa la Iglesia, en sus sacramentos y doctrina, en los instrumentos que Él emplea para tu bien: tu familia, tus amigos, tus colegas, y también en muchas circunstancias donde reconoces el rastro de su Providencia: avatares cotidianos, tentaciones, penas, alegrías, etc.

2) Actos de amor: Inspírate para ello en la Escritura, en la Liturgia, o incluso en canciones que te vengan a la memoria, o díselo con palabras tuyas, según te dicte el Espíritu Santo, pero no te canses. El amor se alimenta declarándose, crece diciéndose.

3) Peticiones: Manifiéstale todos tus deseos: desear es aumentar la capacidad de recibir. Sé mendigo de Dios: pordiosea hasta los favores más sencillos, pues son un milagro que hay que desear, pedir, esperar, recibir y agradecer. Sea el Señor tu delicia y Él te dará lo que pide tu corazón (Sal 36).

4) Preguntas: ¿Qué significa esto que he vivido hoy, lo que me impresionado, lo que me duele, lo que me atrae? ¿Qué lectura cristiana tiene esta experiencia, aquel recuerdo, aquella ilusión? ¿Qué me estás queriendo decir en este día, o pedir, o dar…?

5) Desahogos: Expláyate con toda confianza; saca fuera recelos, temores, complejos, frustraciones, rencores, toda esa fauna, en fin, que intoxica tu pensamiento y te hunde en el pesimismo. Sólo abandonando estas cosas en sus manos les encontrarás sentido. Confía al Señor todas tus preocupaciones y Él te sostendrá (Sal 54, 23).

 6) Ofrecimientos: Une a su Sacrificio redentor todo lo que traes entre manos para que adquiera valor divino: trabajos, proyectos, ilusiones. Sitúa tu vida cotidiana en el campo magnético de la Cruz, o lo que es lo mismo, de la Santa Misa: Cuando yo sea elevado sobre lo alto todo lo atraeré hacia mí (Jn 12, 32).

7) Agradecimientos: Recuerda y celebra los beneficios de Dios, por más que sean inabarcables, ya que siempre recibes más de lo que conoces, más de lo que pides, más de lo que mereces, más de lo que esperas. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación invocando su nombre (Sal 115, 12).

8) Arrepentimientos: Reconócete en la Pasión como uno más y pide perdón por tus complicidades, tus noes a Cristo en forma de pereza, orgullo, vanidad, atolondramiento, cobardía… Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava del todo mi delito, limpia mi pecado (Sal 50, 3-4).

9) Recuerdos: Lee el libro de tu vida a la luz de Dios para reconocer en todo su mano providente. Recupera el tiempo perdido mediante tu conversión personal: en Cristo nada se pierde. Y cuando los recuerdos acudan inoportunos e inesperados, introdúcelos en la oración para sacarles partido. Reza por las personas y asuntos que entonces te distraen.

10) Propósitos: Ábrete al futuro con decisión y valor. Tu horizonte es Cristo y tu vida una aventura. ¿Por dónde empezarás? ¿Qué paso debes dar hoy y mañana? Empapa tus propósitos en tu fe: pide lo que concretas y concreta lo que pides. Olvidado de lo que dejo atrás me lanzo a lo que tengo por delante (Filipenses 3, 13) 

11) Actos de esperanza: Confía en que estos propósitos, formulados mano a mano con Dios, se cumplirán. Vive de esperanza y no de experiencia.  Tú mismo eres milagro y proyecto de Dios, y tienes sobrados motivos para el optimismo. Confía en que llegarás a tu sazón, como el árbol de mostaza. Mi alma espera en el Señor más que el centinela la aurora (Sal 90, 3-5).
 

D) Da gracias a Dios e invoca su ayuda: También aquí es útil recitar una oración vocal, como la siguiente de san Josemaría, que complementa la anterior:

Te doy gracias Dios mío por los buenos propósitos, afectos e inspiraciones que me has comunicado en esta meditación. Te pido ayuda para ponerlos por obra. Madre mía inmaculada, san José, mi padre y Señor, Ángel de mi guarda, interceded por mí.








miércoles, 21 de agosto de 2024

No me mueve, mi Dios, para quererte




No me mueve, mi Dios, para quererte,

el cielo que me tienes prometido,

ni me mueve el infierno tan temido

para dejar por eso de ofenderte.


Tú me mueves, Señor, muéveme el verte

clavado en una cruz y escarnecido,

muéveme ver tu cuerpo tan herido,

muévenme tus afrentas y tu muerte.


Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera

que aunque no hubiera cielo yo te amara,

y aunque no hubiese infierno te temiera.


No me tienes que dar porque te quiera,

porque, aunque lo que espero no esperara,

lo mismo que te quiero te quisiera.


Anónimo










domingo, 21 de julio de 2024

¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?

 

 

 

¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?

¿Qué interés se te sigue, Jesús mío, 

que a mi puerta cubierto de rocío 

pasas las noches del invierno oscuras?

 

¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras

pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío 

si de mi ingratitud el hielo frío 

secó las llagas de tus plantas puras!

 

¡Cuántas veces el ángel me decía:

"Alma, asómate ahora a la ventana, 

verás con cuánto amor llamar porfía"!

 

¡Y cuántas, hermosura soberana,

"Mañana le abriremos", respondía, 

para lo mismo responder mañana!



Lope de Vega, "Rimas Sacras" (1614)



Audio. Voz de Rafael Taibo. Biblioteca Virtual Cervantes




viernes, 21 de junio de 2024

"DeLibris", un club de lectores en internet




Delibris es una iniciativa que nace del intercambio de experiencias entre personas que comparten la pasión por la lectura y el interés por conocer los contenidos de libros desde la perspectiva de la fe católica. Su sitio web ofrece información sobre una gran cantidad de obras literarias y de pensamiento. 

Si se busca información sobre un autor u obra concreta, basta ingresar el título del libro o el autor en el buscador de la página principal. Para ampliar los criterios, puede resultar útil el “Buscador avanzado”, en el que se puede filtrar según el género, público, valoración, etc.

Si lo que se desea son recomendaciones sobre qué leer, en la sección de "Recomendados" se encuentran los últimos títulos añadidos en la página y que, a juicio de los lectores, son especialmente valiosos, ya sea por su calidad literaria, por su aportación al pensamiento universal o por su aporte para el desarrollo personal.

El sitio puede consultarse tanto en castellano como en inglés y ofrece también la posibilidad de suscribirse a una newsletter informativa.













martes, 21 de mayo de 2024

Las "bienaventuranzas" de Santo Tomás Moro




Texto atribuido a Santo Tomás Moro redactado al modo de las bienaventuranzas evangélicas:

Bienaventurados los que saben reírse de sí mismos, porque tendrán diversión para rato.

Bienaventurados los que saben distinguir una montaña de una piedra, porque se evitarán muchos inconvenientes.

Bienaventurados los que saben descansar y dormir sin buscarse excusas, llegarán a ser sabios.

Bienaventurados los que saben escuchar y callar, aprenderán cosas nuevas.

Bienaventurados los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio, serán apreciados por quienes los rodean.

Bienaventurados los que están atentos a las necesidades de los demás sin sentirse indispensables, serán fuente de alegría.

Bienaventurados los que saben mirar sabiamente a las cosas pequeñas y tranquilamente a las importantes, llegarán lejos en la vida.

Bienaventurados los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desaire, su camino estará lleno de luz.

Bienaventurados los que saben interpretar benévolamente a los demás, aun en contra de las apariencias; serán tomados por ingenuos, pero éste es el precio de la caridad.

Bienaventurados los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar, evitarán muchas tonterías.

Bienaventurados los que saben reconocer a Dios en todos los hombres, habrán encontrado la verdadera luz y la auténtica sabiduría.



Semblanza biográfica de Santo Tomás Moro


 

 

 


domingo, 21 de abril de 2024

El proceso de beatificación de Gaudí




El arquitecto catalán Antonio Gaudí falleció en Barcelona el día 10 de junio de 1926 con fama de santidad. En 1992, se creó la Asociación "Pro Beatificación de Antoni Gaudí" con el objetivo de iniciar el proceso de beatificación. Recientemente, el cardenal y arzobispo de Barcelona, ha constituido una Asociación Canónica con el fin de culminar dicho proceso. La "Positio" sobre la causa de beatificación ya está siendo estudiada por el Dicasterio de las Causas de los Santos.

Al inicio del proceso, en 2003, el Vaticano manifestó que “Gaudí supo vivir su profesión y su fe en unidad. Hizo algo que es una de las tareas más importantes hoy: superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza". 

En 2010, el Papa Benedicto XVI consagró el templo de la Sagrada Familia en Barcelona y en la homilía definió a Gaudí como "un arquitecto genial y un cristiano consecuente, con la antorcha de su fe ardiendo hasta el término de su vida, vivida en dignidad y austeridad absoluta”.











jueves, 21 de marzo de 2024

Síntesis de la fe católica




Las lecturas para conocer la doctrina de Jesucristo que la Iglesia atesora y enseña son necesarias para llevar una vida cristiana plena y para responder a la llamada de ser "sal y luz" a nuestro alrededor.

En la página web del Opus Dei puede encontrarse el volumen "Síntesis de la fe católica" que contiene 36 lecciones con resúmenes de las principales enseñanzas de la Iglesia. Ha sido elaborado por un equipo de teólogos y canonistas con un enfoque catequético y sus fuentes principales son la Sagrada Escritura y el Catecismo de la Iglesia Católica, así como las enseñanzas de los Padres de la Iglesia y del Magisterio.

"Síntesis de la fe católica" puede consultarse on line y descargarse de modo gratuito en los formatos más utilizados. Abajo se copian el enlace del libro y el de la sección de otros libros electrónicos también disponibles en esa web.


"Síntesis de la fe católica"


Otros libros electrónicos disponibles en la página web del "Opus Dei""







miércoles, 21 de febrero de 2024

La Cámara Santa de Oviedo


 


La Cámara Santa es el recinto más antiguo de la catedral de Oviedo. En ella se conserva un gran número de reliquias, llegadas de Tierra Santa, que se veneran desde la Edad Media. 

El Santo Sudario es la reliquia más importante de todas las conservadas en la Cámara Santa. Se trata de un paño de forma rectangular, solo parcialmente regular, de lino, cuya medida aproximada es de 53 por 86 centímetros, de igual composición que el de la Sábana Santa.

El Santo Sudario se conserva desde hace más de mil años en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, donde ha sido venerado por miles de peregrinos. El Santo Sudario se puede contemplar tres semanas al año: Semana Santa, Semana de Pascua y durante el Jubileo de la Santa Cruz (14 al 21 de septiembre). 

En los enlaces que van a continuación pueden conocerse con detalle la Cámara Santa y algunos estudios científicos realizados sobre el Santo Sudario.



Conoce cada rincón Cámara Santa


Entrevista con el médico forense D. Alfonso Sánchez Hermosilla


El Sudario de Oviedo. Conferencia de D. Jorge Manuel Rodríguez






domingo, 21 de enero de 2024

Fe y ciencia



Recientemente se han publicado estos dos libros que coinciden hablar de Dios y la ciencia y que están teniendo una amplia difusión. Del primero de ellos "Dios. La ciencia. Las pruebas" se han vendido ya más de 250.000 ejemplares en Francia.

En "Nuevas evidencias científicas de la existencia de Dios", el español José Carlos González-Hurtado ofrece un acceso asequible al tema de las relaciones entre ciencia y fe aportando abundantes datos y argumentos.

De cada uno de estos libros se anotan más abajo algunas referencias de interés. 

Y al final se añade un enlace especialmente fructífero para quienes deseen profundizar en estas cuestiones: la muy notable recopilación de trabajos que aporta el Grupo "Ciencia, razón y fe" de la Universidad de Navarra.


"¿Y si Dios existe?" Presentación editorial del libro "Dios. La ciencia. Las pruebas"

Coloquio con los autores de "Dios. La ciencia. Las pruebas" en la Universidad CEU de Madrid

"Nuevas evidencias científicas de la existencia de Dios", artículo de Alfonso V. Carrascosa (CSIC)

"La ciencia moderna apunta hacia Dios", de Pablo J. Ginés en "Religión en libertad"

Recursos del Grupo Interdisciplinar "Ciencia, razón y fe" de la Universidad de Navarra