miércoles, 21 de agosto de 2024

No me mueve, mi Dios, para quererte




No me mueve, mi Dios, para quererte,

el cielo que me tienes prometido,

ni me mueve el infierno tan temido

para dejar por eso de ofenderte.


Tú me mueves, Señor, muéveme el verte

clavado en una cruz y escarnecido,

muéveme ver tu cuerpo tan herido,

muévenme tus afrentas y tu muerte.


Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera

que aunque no hubiera cielo yo te amara,

y aunque no hubiese infierno te temiera.


No me tienes que dar porque te quiera,

porque, aunque lo que espero no esperara,

lo mismo que te quiero te quisiera.


Anónimo