miércoles, 27 de febrero de 2013

Obras son amores



Las obras de misericordia son catorce, siete corporales y siete espirituales: 
Corporales
1. Dar de comer al hambriento
2. Dar de beber al sediento
3. Dar posada al necesitado
4. Vestir al desnudo
5. Visitar al enfermo
6. Socorrer a los presos
7. Enterrar a los muertos
Espirituales 
1. Enseñar al que no sabe
2. Dar buen consejo al que lo necesita
3. Corregir al que está en error
4. Perdonar las injurias
5. Consolar al triste
6. Sufrir con paciencia los defectos de los demás
7. Rogar a Dios por vivos y difuntos 

jueves, 14 de febrero de 2013

Libro de oraciones




"La Iglesia ha recibido de la Sagrada Escritura un gran tesoro de oraciones. En el transcurso de los siglos se han elevado, de los corazones de los fieles, numerosas oraciones con las que éstos cada vez nuevamente se dirigen a Dios. Al rezar con la Madre Iglesia nosotros mismos aprendemos a rezar.

Por eso me alegra mucho que 30Giorni publique una nueva edición de este pequeño libro que contiene las oraciones fundamentales de los cristianos, que han ido madurando en el transcurso de los siglos. Nos acompañan durante todos los momentos de nuestra vida y nos ayudan a celebrar la liturgia de la Iglesia rezando.

Le deseo a este pequeño libro que pueda convertirse en un compañero de viaje para muchos cristianos."


Roma, 18 de febrero de 2005 

Cardenal Joseph Ratzinger



Libro de oraciones Quien reza se salva (en castellano)




lunes, 4 de febrero de 2013

Tesoro literario y espiritual



Una obra que recoge más de 6.000 citas de autores de todos los tiempos sobre la dimensión religiosa del hombre. Son textos de Santos Padres, doctores de la Iglesia y autores clásicos -antiguos y modernos- de espiritualidad, junto a otras 2.000 citas de la Sagrada Escritura. Agrupadas por orden alfabético de temas, cada una de las voces va precedida de una orientación esquemática.

Su autor, el sacerdote D. Francisco Fernández Carvajal, escribe en el prólogo: "Descubrí, sin proponérmelo expresamente, una buena parte de ese inmenso tesoro literario y espiritual formado en estos veinte siglos de Cristianismo  Es sorprendente comprobar cómo, en lo esencial, el hombre sigue siendo el mismo: un homo viator, caminante hacia Dios"