Su autor, el sacerdote D. Francisco Fernández Carvajal, escribe en el prólogo: "Descubrí, sin proponérmelo expresamente, una buena parte de ese inmenso tesoro literario y espiritual formado en estos veinte siglos de Cristianismo Es sorprendente comprobar cómo, en lo esencial, el hombre sigue siendo el mismo: un homo viator, caminante hacia Dios"
lunes, 4 de febrero de 2013
Tesoro literario y espiritual
Su autor, el sacerdote D. Francisco Fernández Carvajal, escribe en el prólogo: "Descubrí, sin proponérmelo expresamente, una buena parte de ese inmenso tesoro literario y espiritual formado en estos veinte siglos de Cristianismo Es sorprendente comprobar cómo, en lo esencial, el hombre sigue siendo el mismo: un homo viator, caminante hacia Dios"
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