miércoles, 6 de noviembre de 2013

Tierra Santa




Ir a Tierra Santa significa ir a encontrarse con Cristo: la Tierra Santa es un quinto evangelio...donde las piedras hablan de Jesús, hablan de su historia, hablan de la revelación de Dios al hombre. Hacer una peregrinación a la Tierra Santa significa ponerse en camino y hacer del viaje físico un camino del alma.

Jerusalén es el corazón de la Tierra Santa, la síntesis de la acción de Dios por el bien de toda la humanidad. Juan Pablo II lo expresó con palabras llenas de emoción: “¡Cuántos recuerdos, cuántas imágenes, cuánta pasión y qué gran misterio encierra la palabra Jerusalén! Para nosotros cristianos representa el punto geográfico de la unión entre Dios y los hombres, entre la eternidad y la historia.”




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