Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y bendita.
Sub tuum praesidium confugimus, Sancta Dei Genitrix. Nostras deprecationes ne despicias in necessitatibus, sed a periculis cunctis libera nos semper, Virgo gloriosa et benedicta.
Esta es una de las más antiguas oraciones dirigidas por los cristianos a la Virgen María. Se ha encontrado en papiros datados alrededor del siglo III.
Ya en los primeros tiempos del cristianismo se acude a María como Madre de Dios, verdad que el Concilio de Éfeso -celebrado en el año 431- definirá solemnemente (Theotókos) y de la que se derivan todos los demás títulos y privilegios marianos.
Oraciones, devociones y advocaciones marianas
Esta es una de las más antiguas oraciones dirigidas por los cristianos a la Virgen María. Se ha encontrado en papiros datados alrededor del siglo III.
Ya en los primeros tiempos del cristianismo se acude a María como Madre de Dios, verdad que el Concilio de Éfeso -celebrado en el año 431- definirá solemnemente (Theotókos) y de la que se derivan todos los demás títulos y privilegios marianos.
Oraciones, devociones y advocaciones marianas
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