miércoles, 21 de mayo de 2014

Bajo tu amparo




Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y bendita.

Sub tuum praesidium confugimus, Sancta Dei Genitrix. Nostras deprecationes ne despicias in necessitatibus, sed a periculis cunctis libera nos semper, Virgo gloriosa et benedicta.

Esta es una de las más antiguas oraciones dirigidas por los cristianos a la Virgen María. Se ha encontrado en papiros datados alrededor del siglo III.

Ya en los primeros tiempos del cristianismo se acude a María como Madre de Dios, verdad que el Concilio de Éfeso -celebrado en el año 431- definirá solemnemente (Theotókos) y de la que se derivan todos los demás títulos y privilegios marianos.



Oraciones, devociones y advocaciones marianas





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