domingo, 21 de septiembre de 2025

Al fin de la jornada

 




Copio dos poemas que recuerdan cómo no tenemos aquí morada permanente.

El primero es una copla popular de dos estrofas:


La ciencia más acabada

es que el hombre en gracia acabe,

pues al fin de la jornada,

aquél que se salva, sabe,

y el que no, no sabe nada.


En esta vida emprestada,

do bien obrar es la llave,

aquel que se salva sabe;

y el que no, no sabe nada.


El segundo son varios fragmentos de la obra de Jorge Manrique "Coplas por la muerte de su padre": 


Recuerde el alma dormida,

avive el seso y despierte

contemplando

cómo se pasa la vida,

cómo se viene la muerte

tan callando;


Este mundo es el camino

para el otro, que es morada

sin pesar;

mas cumple tener buen tino

para andar esta jornada

sin errar.


Este mundo bueno fue

si bien usásemos dél,

como debemos,

porque, según nuestra fe,

es para ganar aquel

que atendemos.



Texto completo de las "Coplas por la muerte de su padre", de Jorge Manrique






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