domingo, 30 de diciembre de 2012

Pablo VI



"La aprobación por el Papa del Decreto que abre el camino a la beatificación de Pablo VI, es una gran noticia positiva para la Iglesia universal. 

Además, se produce cuando estamos celebrando el 50 aniversario de la apertura del Vaticano II, que no sólo fue el Concilio del Papa Juan, sino también del Papa Pablo. 

Y coincide con el Año de la fe, cuyo precursor fue de alguna manera el Papa Montini, que celebró otro Año de la fe, que concluyó con la proclamación del célebre Credo del Pueblo de Dios.

Pablo VI tuvo un magisterio y un ministerio completos, madurado tras una larga experiencia y la piedad profunda de una vida admirable que concluyó en la serenidad de la fiesta de la Transfiguración (6 agosto de 1978, domingo), inmediatamente después de la puesta del sol, en la colina de Castelgandolfo."

Vicente Cárcel Ortí




miércoles, 26 de diciembre de 2012

Novísimos



Pregunta Peter Seewald

La doctrina de las cosas últimas, de los novísimos, es un contenido central de la fe. Trata temas como el infierno, el purgatorio, el anticristo, la persecución de la Iglesia en el tiempo final, la segunda venida de Cristo y el juicio final ¿Por qué reina en el anuncio un silencio tan llamativo sobre los temas escatológicos?

Responde el Papa: 


Ésa es una cuestión muy seria. Nuestra predicación, nuestro anuncio está orientado realmente de forma unilateral hacia la plasmación de un mundo mejor, mientras que el mundo realmente mejor casi no se menciona ya. 

Estas cosas son arduas para los hombres de hoy. Les parecen irreales. En lugar de ellas quisieran respuestas concretas para el ahora, para las vicisitudes de la vida cotidiana. 

Pero tales respuestas siguen siendo incompletas si no permiten sentir y reconocer también por dentro que yo voy más allá de esta vida material, que existe el juicio, que existen la gracia y la eternidad. 


En ese sentido debemos encontrar también palabras y modalidades nuevas para hacer posible al hombre romper la barrera del sonido de la finitud.


Benedicto XVI

Luz del mundo. El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos. Una conversación con Peter Seewald. Herder, 2010. Pág. 186




lunes, 24 de diciembre de 2012

Citas en YOUCAT




Si la única oración que pronunciaras en tu vida consistiera en un "te doy las gracias", sería ya suficiente.

(Maestro Eckhart)


Dios susurra en nuestras alegrías, habla en nuestra conciencia. Pero en nuestros dolores grita. Son un megáfono para despertar a un mundo que no oye.

(C. C. Lewis)


El mayor don que puede tener el hombre bajo el cielo es poder vivir bien con aquellos con los que convive.

(Beato Egidio de Asís)



miércoles, 12 de diciembre de 2012

Los viernes, abstinencia




CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO

1249 Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por ley divina a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales, en los que se dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia, a tenor de los cánones que siguen. 


1250 En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma.

1251 Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

1252 La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años; la del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años. Cuiden sin embargo los pastores de almas y los padres de que también se formen en un auténtico espíritu de penitencia quienes, por no haber alcanzado la edad, no están obligados al ayuno o a la abstinencia.

1253 La Conferencia Episcopal puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad.


DECRETO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA DE 21 DE NOVIEMBRE DE 1986

A tenor del canon 1250, son días penitenciales todos los viernes del año (a no ser que coincidan con una solemnidad) y todo el tiempo de Cuaresma. De acuerdo con esto:

Durante la Cuaresma, en la que el pueblo cristiano se prepara para celebrar la Pascua y renovar su propia participación en este misterio, se recomienda vivamente a todos los fieles cultivar el espíritu penitencial, no sólo interna e individualmente, sino también externa y socialmente, que puede expresarse en la mayor austeridad de vida, en las diversas prácticas que luego se indican a propósito de los viernes del año, en iniciativas de caridad y ayuda a los más necesitados, emprendidas como comunidad cristiana a través de las parroquias, de Cáritas o de otras instituciones similares.

El Miércoles de Ceniza, comienzo de la Cuaresma, y el Viernes Santo, memoria de la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo, son días de ayuno y abstinencia. Los otros viernes de Cuaresma son también días de abstinencia, que consiste en no tomar carne, según antigua práctica del pueblo cristiano. Es además aconsejable y merecedor de alabanza que, para manifestar el espíritu de penitencia propio de la Cuaresma, se priven los fieles de gastos superfluos tales como manjares o bebidas costosos, espectáculos y diversiones.

En los restantes viernes del año, la abstinencia puede ser sustituída, según la libre voluntad de los fieles, por cualquiera de las siguientes prácticas recomendadas por la Iglesia: lectura de la Sagrada Escritura, limosna (en la cuantía que cada uno estime en conciencia), otras obras de caridad (visita de enfermos o atribulados), obras de piedad (participación en la santa misa, rezo de rosario, etc.) y mortificaciones corporales.
La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido 14 años. La ley del ayuno a todos los mayores de edad hasta que hayan cumplido los 59 años.




viernes, 7 de diciembre de 2012

San Andrés ante la cruz



Según un relato antiguo -inicios del siglo VI-, titulado Pasión de Andrés, cuando el apóstol vio la cruz en la que había de ser crucificado pronunció las siguientes palabras:

¡Salve, oh Cruz, inaugurada por medio del cuerpo de Cristo, que te has convertido en adorno de sus miembros, como si fueran perlas preciosas!

Antes de que el Señor subiera a ti, provocabas un miedo terreno. Ahora, en cambio, dotada de un amor celestial, te has convertido en un don. Los creyentes saben cuánta alegría posees, cuántos regalos tienes preparados.

Por tanto, seguro y lleno de alegría, vengo a ti para que también tú me recibas exultante como discípulo de quien fue colgado de ti…

¡Oh cruz bienaventurada, que recibiste la majestad y la belleza de los miembros del Señor!… tómame y llévame lejos de los hombres y entrégame a mi Maestro para que a través de ti me reciba quien por medio de ti me redimió.

 ¡Salve, oh cruz! Sí, verdaderamente, ¡salve!


Más sobre San Andrés


miércoles, 5 de diciembre de 2012

Elogio de la vida sencilla




Vida serena y sencilla,
yo quiero abrazarme a ti,
que eres la sola semilla
que nos da flores aquí.

Ni voy de la gloria en pos,
ni torpe ambición me afana, 
y al nacer cada mañana 
tan sólo le pido a Dios, 

casa limpia en que albergar, 
pan tierno para comer, 
un libro para leer 
y un Cristo para rezar; 

que el que se esfuerza y se agita 
nada encuentra que le llene, 
y el que menos necesita
tiene más que el que más tiene.

José María Pemán