viernes, 21 de julio de 2023

El escapulario de la Virgen del Carmen





El Escapulario del Carmen hunde sus raíces en la tradición de la Orden Carmelita. En su forma original, el Escapulario es una parte del hábi­to que llevan los monjes. Se compone de dos grandes piezas de tela, conectadas en el centro por unas tiras más es­trechas. Hoy en día, el té­rmino escapulario se utiliza más a menudo para referirse al que tiene esencial­mente la misma forma que el es­capulario monás­tico original, pero que se compone de dos piezas mucho más pequeñas de tela de lana.

El 16 de julio de 1251, la Virgen Santísima entregó el santo escapu­lario a San Simón Stock, superior general de los Car­melitas, en el convento de Cam­bridge, Inglaterra, diciéndole: “Recibe, hijo mío, amadísimo, este escapulario de tu Orden, que será de hoy en adelante señal de mi confraternidad, privile­gio para ti y para todos los que lo visten. Quien muriere con él, no pa­decerá el fuego eterno". La Virgen María le pro­metió, además, liberar del purga­torio a todas las almas que hayan vestido el escapulario el sábado siguiente a su muerte y llevarlos al cielo.

La medalla puede ser de tela o de metal con una imagen del Sagrado Corazón en el reverso. Cualquier sacerdote puede imponer el escapulario al cristiano que lo solicita. El Escapulario exige un compromiso cristiano auténtico: vivir de acuerdo con las enseñanzas del evangelio, recibir los sacramentos y profesar una devoción especial a la Santísima Virgen que se expresa, al menos, con la recitación cotidiana de tres Avemarías.

 









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