María Inmaculada fue proclamada Patrona de España por el Papa Clemente XIII, mediante la bula Quantum Ornamenti, de fecha 25 de diciembre de 1760.
El dogma de la Inmaculada Concepción
de la Virgen María
fue proclamado por el actualmente beatificado papa Pío IX, mediante la bula Ineffabilis
Deus, de 7
de diciembre de 1854:
Declaramos y definimos, que es doctrina revelada por Dios, la que
sostiene, que la beatísima Virgen María en el primer instante de su Concepción,
por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente y en previsión de los
méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, fue preservada de toda
mancha de pecado original.
El 8 de diciembre de 1857, el beato Pío IX
hizo construir en la plaza de España de Roma el monumento a la Inmaculada que sigue
enalteciendo la ciudad. Al bendecir la imagen, colocada sobre una esbelta
columna frente a la embajada de España, declaró: